Lectura de palabras por minuto en niños y adultos: Estándares y factores relevantes

Brian Cifuentes
6 min
Lectura de palabras por minuto en niños y adultos: Estándares y factores relevantes

La lectura es la habilidad que nos permite comprender un código escrito, la cual se desarrolla a lo largo de la vida y se relaciona con la alfabetización e incluso con el aprendizaje de la lectoescritura. Sin embargo, tenemos que dejar de pensar que nos referimos a un único proceso para todas las personas, ya que van a existir diferencias individuales según el contexto.

En este sentido, leer no es algo para lo que nacimos; necesita de un esfuerzo y de un proceso de aprendizaje complejo y adaptativo. Por ejemplo: Un adolescente puede pasar horas con su celular scrolleando en sus redes sociales, leyendo textos breves o incluso viendo videos. Pues, esto es intuitivo, automático y no necesita de tanta atención. En cambio, la lectura y la comprensión lectora es un proceso más completo, ¿y qué queremos decir con esto? Que, desde su inicio, obliga a nuestro cerebro a modificar estructuras para poder comenzar a incorporar símbolos.

En relación con esto, es primordial destacar que la cantidad de palabras que una persona lee por minuto podría ser un indicador importante de la fluidez lectora. De esta manera, en este artículo queremos explorar las tasas de lecturas en distintas edades, además de hacer hincapié en si existen estándares para medir estas tasas en el ámbito hispanohablante. Veamos más a continuación.

Desarrollo de la lectura según las edades

Etapa de preescolar y primaria

Durante los primeros años de educación, los niños van a experimentar un desarrollo veloz en su capacidad lectora. Así, comienzan escuchando la palabra oral en preescolar —mediante la lectura de cuentos, poesías, rimas, versos, trabalenguas y libros álbumes.

Por ejemplo, una niña o niño de 5 años puede producir 5000 palabras en su vocabulario, y esto se relaciona con la cantidad de palabras que ha oído en su contexto de crianza y jardín de infantes. En otros términos, las diferencias de lectura y escritura van a vincularse con la interacción entre adultos y niños (Ana Teberosky Coronado , 2014).

Como podemos ver, desde el preescolar comienzan las individualidades de la lectura. Ya en primaria, un niño de 6 años va a poder leer entre 30 y 59 palabras por minuto —dependiendo la cantidad de letras entre palabras, el entorno educativo, la subjetividad de cada niño y el contexto en donde hayan crecido.

A medida que avanzan en su educación primaria, la velocidad lectora aumenta. A los 7 años, los niños típicamente leen entre 60 y 85 palabras por minuto, y en tercer grado, entre 85 y 100. Para el cuarto grado, los niños pueden leer entre 100 y 120. Estos incrementos están asociados con la mejora de la decodificación, la expansión del vocabulario y la práctica regular de la lectura. Los de quinto y sexto, leen un promedio de entre 120 y 135 palabras por minuto.

Dicho esto, cabe señalar que sólo es un promedio general basado en datos del test Prolec-R, por lo que esto puede variar según determinados factores, como hemos mencionado anteriormente. No es lo mismo utilizar una lista de palabras, un texto con palabras cortas o palabras de baja o alta frecuencia. Además, leer veloz no significará que el niño tenga mayor comprensión lectora que otros.

Etapa de secundaria

Durante la adolescencia, los estudiantes continúan mejorando su velocidad y comprensión lectora. En esta etapa, suelen leer entre 140 y 160 palabras por minuto. Esta mejora refleja, no sólo un aumento en la velocidad de procesamiento cognitivo, sino también una mayor exposición a textos complejos y variados.

Etapa de la adultez: adultos jóvenes y adultos en general

Los jóvenes adultos, incluyendo estudiantes universitarios, generalmente leen a una velocidad de 180-250 palabras por minuto. Esta velocidad permite una lectura eficiente de textos y otros materiales académicos. Además, la práctica constante y la necesidad de procesar grandes cantidades de información contribuyen a mantener y mejorar esta tasa de lectura en el promedio.

Para los adultos en general, la velocidad de lectura puede variar ampliamente. Estudios indican que un adulto promedio lee entre 200 y 250 palabras por minuto. Sin embargo, este rango puede estar influenciado por factores como el nivel educativo, la profesión y el hábito de lectura. También va a depender de qué tipo de texto se encuentren leyendo y de su complejidad. Por ejemplo, algunos escritos requieren de un mayor análisis o necesitan de toda la atención para enfocarse en el significado de palabras determinadas. Además, la motivación intrínseca y la capacidad de concentración también juegan un papel importante en la eficiencia lectora.

La importancia de la lectura en voz alta

La lectura en voz alta por parte de los adultos es fundamental para la iniciación en el mundo de la cultura escrita. Esta práctica ayuda a los niños a conocer textos antes de saber leer. La forma en que se lee en voz alta, el tipo de interacción con los niños y la elección de textos, son factores determinantes en el éxito de esta iniciación. Asimismo, las experiencias familiares de lectura de cuentos podrán facilitar los aprendizajes escolares y contribuir a desarrollar la competencia lectora desde temprana edad.

Relación entre calidad y velocidad de lectura

Un análisis de estándares y métricas al leer muestra una relación directa entre la calidad de lectura y la velocidad lectora. A mejor calidad de lectura, mayor es el promedio de velocidad lectora, expresado en palabras por minuto. No obstante, una lectura veloz no siempre es sinónimo de lectura fluida, y es importante enfatizar, ya que leer con fluidez implica una buena comprensión y no sólo rapidez.

En este sentido, la cantidad de palabras que una persona puede leer por minuto es un indicador clave de la fluidez lectora y varía a lo largo de la vida. Factores como la edad, el nivel educativo, el hábito de lectura, la complejidad del texto y la motivación afectan la velocidad. Existen estándares para medir esta habilidad y, la práctica continuajunto con un entorno educativo adecuado, será fundamental para desarrollar y mejorar la capacidad lectora.

Conclusión

La cantidad de palabras que una persona puede leer por minuto varía considerablemente dependiendo de la etapa de desarrollo de la persona y, como ya se mencionó, está influenciada por múltiples factores. Aunque existen estándares y metodologías para medir la fluidez lectora en el ámbito hispanohablante, éstos deben ser adaptados y considerados en el contexto individual de cada lector (y según el contexto). La práctica constante, el acceso a materiales de lectura según cada edad y un entorno educativo favorable son fundamentales para el desarrollo y mejora de la velocidad de lectura, tanto en niños como en adultos.

Finalmente, reflexionamos acerca del hecho de que una lectura rápida no siempre es sinónimo de lectura fluida o comprendida. Y que el énfasis, que tradicionalmente se ha puesto en la velocidad al leer en las escuelas, ha llevado a muchos docentes y estudiantes a pensar que leer con fluidez es leer deprisa.
De esta manera, no sólo es necesario enfocarse en una lectura de menos cantidad de palabras en menos tiempo, sino que también hay que hacer hincapié en enriquecer la experiencia lectora, promoviendo un aprendizaje continuo, significativo y motivador.